Por Jorge Olmos
Contreras
Uno de los más
buscados por la Corte Superior del Condado de San Diego en Estados Unidos, Luis
Eduardo Monroy, ha sido visto en repetidas ocasiones en la zona de Marina
Vallarta en este centro turístico del pacífico mexicano, sin que al parecer le
preocupe una orden de arresto emitida en su contra por las autoridades
norteamericanas.
De acuerdo con
reportes que llegaron a este medio de comunicación, Luis Eduardo Monroy es muy
conocido en Marina Vallarta y en el mundo inmobiliario de Bahía de Banderas y
de Puerto Vallarta. Se cree que tiene una residencia en la exclusiva colonia
“Colinas de San Javier” en Zapopan o que al menos ha sido visto en esa área
residencial de la zona metropolitana de Guadalajara.
Los informes que
llegaron al columnista indican que
existe una página web en la cual se puede ver el historial de Luis Eduardo
Monroy y sus antecedentes como miembro de la banda de “Los Palillos”. El link
es el siguiente http://www.amw.com/fugitives/case.cfm?id=71094
Según esa página
web de “los más buscados” El 20 de febrero del 2010, el FBI en San Diego emitió
una ayuda para localizar a Luis Eduardo Monroy, a quien dibujó como un destacado
miembro de “Los Palillos”.
En dicha emisión el
FBI comentó que “la policía dijo que esta banda se hizo pasar como policías
para secuestrar a empresarios adinerados con el objetivo de financiar su red de
narcotráfico ilegal. Indicó que Los Palillos han matado a por lo menos nueve personas y que estos pandilleros disolvían algunos de
los cuerpos de sus víctimas en acido.
A Luis Eduardo
Monroy lo presentan como un hombre de raza hispana de 43 años y que fue visto
por última vez en Chula Vista, San Diego y que podría estar en el sur de California
o en algún lugar de México.
LA HISTORIA
En una nota de un
periódico de Tijuana, se informa que “según testimonios ofrecidos a la Corte
Superior del Condado de San Diego por fiscales, 17 miembros de la banda usaron
métodos de cárteles colombianos y mexicanos para deshacerse de los cuerpos de
sus víctimas, ya sea enemigos o personas secuestradas que decidieron
asesinarlos.
El Subprocurador
Mark Amador presentó estas acusaciones adicionales en una sesión del juicio que
se lleva contra de David Valencia y Jorge Rojas López, principales acusados en
el caso SCD208824 que se les sigue a los primeros 17, bajo cargos de homicidio,
secuestro, conspiración y otros cometidos del 2004 al 2007.
En comparecencias
que realizan en la Corte Estatal identifican y además procesan judicialmente a
Héctor Altamirano López, Juan Laureano Arvizu, Ernesto Ayón, Jesús López
Becerra, Juan Omar Calderón, Juan Francisco Estrada González, Jesús González,
Edgar Fausto López, Jorge Rojas López, Jhanmay Molina Pérez, Eduardo Luis Monroy,
Jorge Salvador Moreno, José Leonel Olvera Beltrán, Carlos Peña y a David
Valencia como miembros adicionales de Los Palillos.
Sin embargo se ubica
como cabecillas a Jorge Rojas y a David Valencia como los que ordenaban la
destrucción de los cuerpos bajo el uso de ácidos.
"Los
Palillos" fue un grupo de pandilleros que operó en el sur de California,
que según testimonios de la Procuraduría de ese Estado, fueron empleados en un
principio por el Cártel de los Arellano Félix para ejecutar a rivales que
cruzaban hacia Estados Unidos con la intención de ponerse a salvo.
También,
supuestamente por encargo, realizaron secuestros de empresarios
bajacalifornianos que huyeron de la violencia durante la década pasada.
En el 2009 fueron
capturados en redadas una veintena de pandilleros y desde entonces se
encuentran en diversas prisiones del sur de California.
ATRAPAN A UNO EN MEXICALI
El pasado 18 de
mayo de este 2012, el periódico El Mexicano informó que habían arrestado en
Mexicali a un peligroso criminal. Se trataba de Jesús López Becerra un sujeto
relacionado con el crimen organizado y secuestro, con órdenes de aprehensión en
su contra, quien fue detenido por agentes de la Policía Municipal.
El peligroso sujeto se paseaba con toda libertad
sobre la colonia Independencia, donde fue capturado después de una
investigación preventiva de la Policía Municipal sobre un robo con violencia de
una tienda de mascotas.
La pandilla de Los Palillos fue desarticulada en el
mes de mayo de 2007, tras una investigación de autoridades estadounidenses. Gerardo
López Becerra, alías “El Tita” y Jesús López Becerra, alías “El Topo” fueron
acusados de por lo menos seis ejecuciones y secuestro.
Este grupo operaba en Chula Vista, y se dice que a raíz de
que los Arellano Félix mataron al hermano de Jorge Rojas, inició una animosidad
entre ellos y la Organización Arellano Félix, al grado de que los pandilleros
mataban y aterrorizaban a socios, amigos y familiares de los Arellano que
cruzaban la frontera con México.
Chula Vista está poblada por inmigrantes mexicanos de clase
alta que han escapado a la violencia de
su país mediante el traslado de sus familias al norte de la frontera. Los policías dicen que estas comunidades
también han atraído a grandes y peligrosos traficantes de drogas. Con el
tiempo, era literalmente imposible distinguir los millones de dólares invertidos
en la mansión de un médico que la de su vecino en el tráfico de drogas.
De hecho, cuando Los Palillos se mudaron a Chula Vista, la
policía cree que las familias ricas se convirtieron en blanco fácil de
secuestros.
Así sucedió con el empresario Eduardo Tostado, a quien Los
Palillos secuestraron y luego el FBI SWAT lo rescató el 16 de junio del 2007
Las autoridades dicen que, aunque Eduardo González Tostado nació
en una familia mexicana prominente, el empresario de 32 años de edad creó
varias empresas de éxito en ambos lados de la frontera México-Estados Unidos.
Desde finales de 1990, la residencia principal de Eduardo ha sido en Chula
Vista. Debido a la situación de su familia y estilo de vida lujoso, Eduardo
dijo a la policía que optó por vivir al norte de la frontera para minimizar el
potencial de violencia en contra de él y su familia.
A pesar de los esfuerzos de Eduardo, los policías dicen que
no fue suficiente para mantenerlo a salvo. El 20 de mayo de 2007, el equipo de
video vigilancia en la finca de Eduardo captó a un hombre "carcasa".
El hombre, posteriormente identificado como Juan "Chaquatin"
Laureano-Arvizu, se acercó a varias puertas y ventanas y dejó una nota a
Eduardo con un número de teléfono y unas instrucciones.
Eduardo dijo que cuando llamó al número al día siguiente,
Arvizu le dijo que él le daría a Eduardo los nombres de las personas que
conspiraban para secuestrarlo, a cambio de 30 mil dólares. Eduardo dijo a la
policía que la llamada de Laureano-Arvizu lo sacudió al principio, pero
finalmente lo tomó como una amenaza vacía.
Sin embargo, tres semanas después, el 8 de junio de 2007,
Eduardo conoció a una hermosa mujer en una cafetería en Chula Vista. Dijo que
coqueteó con la otra, y ella lo invitó a su casa. Los policías dicen que
Eduardo fue a su casa esperando a tener relaciones sexuales, pero fue recibido
por unos matones que le dispararon con una pistola Taser, lo derribaron, lo
esposaron, y lo encerraron en una habitación pequeña durante ocho días.
Un día después, los presuntos secuestradores de Eduardo,
obligaron a llamar a su familia con una demanda de rescate de dos millones de
dólares.
La familia de Eduardo decidió llamar a la policía para pedir
ayuda. Cuatro días después, el 15 de junio de 2007, Los Palillos llamaron para
acordar la entrega del rescate. Al día siguiente, el FBI instruyó a uno de los
miembros de la familia para que entregara a los secuestradores la cantidad de
193 mil dólares en un maletín equipado con un dispositivo de rastreo oculto,
fue así como siguieron a Jorge Rojas-López y Juan Francisco Estrada Gonzales en
un gran almacén
A las 5:50 pm el 16 de junio, a Eduardo se le permitió llamar
a su familia para ofrecer una "prueba de vida" y la demanda de ellos
de que querían más dinero por el rescate. Mientras tanto, los policías fueron
tras los secuestradores que andaban de "shopping", los siguieron por aire y tierra hasta una lujosa casa de Chula
Vista.
Previendo que en este lugar estuviera cautivo Eduardo, los
agentes del SWAT rodearon la casa y rápidamente aprehendieron a seis
secuestradores y rescataron a Eduardo Tostado, quien más tarde declaró que sus
captores se jactaban de secuestrar y torturar a personas en los Estados Unidos.
Rojas-López y Estrada González-fueron condenados por
secuestro extorsivo en diciembre de 2008 y fueron condenados a cadena perpetua
sin posibilidad de libertad condicional.
Otros dos secuestradores, David Valencia y Raúl Rojas Gámez,
se declararon culpables. El dominicano Carlos Peña y José Olivera-Beritan
siguen en espera de un juicio. Juan "Chaquatin" Laureano-Arvizu, el
hombre que dejó la nota en la casa de Eduardo, logró escapar. Los policías
dicen que Laureano-Arvizu es uno de los varios miembros de Los Palillos que
todavía es buscado por el secuestro de Eduardo, así como otros miembros de la
pandilla por otros delitos, como Luis Eduardo Monroy, quien apenas hace un mes
fue visto en Puerto Vallarta.
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